Prólogo de Esteve Humet
“La mística no es un privilegio de algunos bienaventurados, nos dice en uno de los capítulos, sino una dimensión de la vida humana a la que todos tenemos acceso, cuando descendemos a un nivel más profundo de nosotros mismos, cuando captamos el otro lado de las cosas, cuando nos sensibilizamos ante nuestro prójimo y ante la grandiosidad, complejidad y armonía del Universo.”